miércoles, 2 de octubre de 2013

El diagnòstico psicopedagogico



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 Universidad Pedagógica Nacional No. 144

Licenciatura en Intervención Educativa

Nombre de la Materia:

                               Asesoría y Trabajo con Grupos, Unidad No. 2

Nombre del Profesor:

Psic. Yurian Isaías Ramos Enríquez

Nombre del Trabajo:

"El Diagnóstico Psicopedagógico"

Nombre del Alumno:

José Luis Nazarin Palomar

Semestre:

5° "A" T/M

Cd. Guzmán, Mpío. De Zapotlán el Grande Jal. A 02 de Octubre de 2013




Introducción

El diagnóstico, es la herramienta esencial para desempeñar el papel del Interventor Educativo, e inclusive, para la mayoría de los profesionales en las  carrera existentes, se considera el diagnostico como la principal arma de su arsenal, ya sean estas licenciaturas o ingenierías, porque a través de su realización  se podrán detectar aquellas carencias, problemáticas o situaciones que existen, pero que a simple vista, no es tan fácil percibir o reconocer. Como tal, en el que hacer de un LIE, esta actividad está ligada a una metodología teórica-científica y lineamientos específicos que dependerán del área de intervención donde se aplique, que puede ser tanto en la educación impartida en cierta institución, así como en algún aspecto de la sociedad en particular.

Definición de Diagnóstico

Razonamiento dirigido a la determinación de la naturaleza y causas de un fenómeno.
Proceso que se realiza en un objeto determinado, generalmente para solucionar un problema. En el proceso de diagnóstico dicho problema experimenta cambios cuantitativos y cualitativos, los que tienden a la solución del problema. Consta de varias etapas, dialécticamente relacionadas, que son: - Evaluación - Procesamiento mental de la información - Intervención - Seguimiento.

El Diagnóstico Psicopedagógico

El diagnóstico psicopedagógico como tal, es el proceso donde se analiza la situación del alumno, en relación a dificultades en el contexto de la escuela y del aula. Puede alcanzar también, dado que el caso se lo permita, un primer conocimiento de las problemáticas familiares, algunas orientaciones e inclusive, derivaciones a centros de salud mental.
En este sentido,el agente derivador es habitualmente el maestro, ya que él es quien señala el problema y solicita la intervención de otro profesional, además trata de acercar y conseguir comunicaciones funcionales y operativas entre dos sistemas fundamentales para el niño: la familia y la escuela.
El diagnostico psicopedagógico se desarrolla en el interior de la escuela y por tanto es necesaria una contextualización y se centra en el conocimiento del niño tanto que el alumno, es decir, trabaja sobre sujetos que están inmersos en una situación de enseñanza-aprendizaje, esto ha de referirse con base a los contenidos, objetivos y orientaciones marcados por el curriculum escolar de la institución.
De modo general, el diagnostico psicopedagógico  puede entenderse como un compromiso de trabajo conjunto entre el interventor y el maestro.Así, pues el trabajo se enfocará desde el primer momento como un proyecto de trabajo conjunto, donde el psicopedagogo tendrá un papel primordial y el maestro colaborara en medida que se conoce a cerca del niño. Y finalmente en el proceso de psicopedagógico, el interventor juega un papel fundamental, no únicamente como elemento de asesoramiento y de ayuda al alumno y al maestro, sino como un agente que puede provocar rigidez o, por el contrario, cambios positivos en la organización escolar.Así mismo, el diagnostico psicopedagógico reposa sobre diversos sujetos y sistemas muy interrelacionados, con esto nos referimos a la escuela, la familia, las sociedad, el alumno como tal, el maestro y por supuesto también, el interventor.
Sobre las características primordiales del interventor se puede argumentar que este se halla implicado en diversos sistemas, se relaciona y coordina en diferentes ciclos, como por ejemplo: la escuela, el municipio, centros de salud mental o reeducación, etc.
En este sentido, se desprende la gran complejidad del campo de intervención, ya que el hecho de estar a la vez dentro y fuera de una institución, puede tornarse en algunas ocasiones muy difícil.

También es necesario que un interventor establezca y defina las relaciones con los otros con gran claridad, sin aceptar definiciones que sean confusas o anómalas.Así de este modo, al abordar un trabajo de colaboración es esencial establecer relaciones constructivas con los maestros y otras personas con las que se ha de trabajar. Por tal, dentro de la escuela, se habrá  que respetar  de su funcionamiento y canales de comunicación, además de potenciarlos si hace falta para evitar desorientación y problemas paralelos.De tal modo, cuando la escuela deriva un alumno con dificultades, se espera que el interventor diagnostique las dificultades existentes y que ayude a encontrar posibles soluciones y estrategias para la resolución del problema.

Pasos del diagnóstico psicopedagógico y sus elementos

La derivación es la primera fase o elemento de dicho proceso, y esta acción consiste en elaborar una ficha que el maestro rellenara para solicitar un apoyo por parte de otro profesional, para resolver cierta situación problemática con algún alumno en particular,  y en ella, la información transmitida se determinara por las diferencias propias de cada maestro, la precisión de la observación y la evaluación que este a podido realizar hasta el momento y también, si ha entendido el objetivo de la hoja de derivación y su importancia para el conocimiento del caso.

La entrevista con el maestro es el segundo elemento que corresponde a un diagnostico psicopedagógico, y esta ha de satisfacer la necesidad del interventor de obtener del educador, el máximo de información sobre el niño. En concreto la entrevista con el docente tendría que conformarse por una entrevista inicial y su desarrollo, abarcando apartados como la profundización en la definición del problema; ampliación de la información con respecto al alumno; datos sobre los contactos entre padres y escuela; estrategias de cambio utilizadas por el maestro, y finalmente, objetivos y compromisos mutuos.

La entrevista con los padres constituye el tercer elemento clave del diagnóstico, y se propone ser muy clara en la cuestión de objetivos a tratar, para determinar si los familiares están de acuerdo o en desacuerdo con las intenciones del interventor. Y como objetivos básicos tiene la obligación de informar a los padres que, como interventores se está intentando colaborar con el maestro en determinados aspectos que le preocupan, además de obtener información y datos de la situación familiar, ver y captar la capacidad de cambio y flexibilidad que presentan los familiares y así como también solicitar su apoyo para el tratamiento del caso.

La observación es la siguiente fase, esta es un instrumento que nos permite realizar un análisis del problema en la situación en que este se muestra principalmente, y tiene como objetivos conocer la dinámica y la relación del grupo-clase, conocer las normas y reglas del funcionamiento que rigen en una clase, observar las dificultades del alumno, sus capacidades que muestra el niño y conocer la receptividad del maestro en relación a la evolución que el interventor podrá hacer
La revisión de los trabajos de clase  es otro elemento del diagnóstico psicopedagógico, esta acción nos ayuda a complementar la observación, ya que nos permite analizar las realizaciones del alumno, así como los materiales  que utiliza. Uno de los objetivos base, es ver cómo son las producciones de los niños, el tipo de trabajo que realizan, sus errores más frecuentes, con el fin de formarnos una idea más clara de sus posibles dificultades y las estrategias que utilizan.

Otro aspecto que nos permitirá detectar la revisión de trabajos es el trabajo real que se realiza en la clase, cuales son las tareas que se hacen con más frecuencia y cuales se hacen muy esporádicamente o casi nunca.

El trabajo individual con el alumno se define como una situación de observación en un contexto bien diferente al de la clase, se interacciona con el maestro y el resto de los alumnos, y habitualmente se le plantean situaciones de enseñanza-aprendizaje colectivas. De esta manera obtenemos un conocimiento más amplio del alumno y de su situación.
Las orientaciones forman el penúltimo concepto de la aplicación deldiagnóstico, y trata de las estrategias que el interventor desarrollara para solucionar la problemática detectada. En este apartado, es importante resaltar que la idea principal, es que el maestro trabaje la planeación de actividades que el interventor le ha otorgado, pero en dado caso que la situación lo permita, se podrá realizar dicha tarea de manera conjunta, y en algunas casos excepcionales, será el interventor el que trabaje de lleno con el alumno dejando de lado la colaboración con el maestro.

El seguimiento  es la fase final del proceso, y abarca la evaluación de las acciones llevadas a cabo durante la intervención, con el fin de analizar avances, retrocesos y demás puntos de interés para los profesionales y la familia del alumno como tal. Y como su nombre lo indica, se le deberá de dar un seguimiento al individuo a tratar para observar de cerca su evolución en las siguientes etapas de su desarrollo como integrante de una institución educativa, y por tal, es muy prioritario el crear un expediente oficial que abarque desde el inicio de su tratamiento  hasta el momento que se dio de alta.

Estructura de un diagnostico psicopedagógico

Es obvio que el diagnostico que emitirá el interventor sobre el alumno será de utilidad para el maestro, pero habrá que remarcar, que,  la precisión que este tenga en la demanda, dependerá de la forma en que se enfoque la interpretación del caso. Así pues, el trabajo se enfocara desde el primer momento como un proyecto de trabajo conjunto.
En el terreno concreto, hemos de tener en cuenta que no siempre se trabaja con un nivel de colaboración óptimo y que puede variar según diversas circunstancias de tipo personal e institucional.
Normalmente el diagnóstico se inicia a partir del momento en que el educador señala un alumno como motivo de su preocupación. En general, el maestro  presupone que la disfunción pertenece sobre todo al alumno y que, por tanto, la exploración y las orientaciones se referirán a él. El interventor, en cambio, parte de la base de que, si bien el alumno presenta unas características peculiares que lo enfrentan de una manera determinada a la situación escolar, lo que en realidad le está presentando el educador es una situación de dificultades en la comprensión mutua entre el él y el alumno.
Consecuentemente, el interventor intentara conocer la relación entre ambas personas y también la del grupo en general, y en las orientaciones intentara implicar tanto a los alumnos como a los propios maestros.
En el diagnóstico psicopedagógico hay que distinguir diferentes fases o elementos: demanda o indicación del problema por parte del maestro o, excepcionalmente, de los padres; entrevista con el maestro y entrevista con los padres; revisión de los trabajos de clase; exploración individual, orientaciones y seguimiento. Así, algunos de los elementos del diagnóstico psicopedagógico requieren una situación definida de tiempo.
Por tal, la solicitud es el primer paso del diagnóstico, y, lógicamente, las orientaciones y el plan de trabajo son el punto final. Pero a pesar de ello, la actuación del interventor en la escuela y en la propia dinámica que esta impone, hace que a veces se efectué una ordenación flexible de los anteriores elementos.
Sin embargo no es necesario aplicar cada uno de las fases en todos los casos, ya que la elección y uso de estos, dependerán del criterio del profesional, el tipo de demanda y el contexto que la envuelve.
Teniendo en cuenta que la duración del duración del curso es relativamente corta y que la naturaleza de las relaciones personales en la escuela es muy viva y dinámica, pueden encontrarse fácilmente puntos de anclaje para empezar a trabajar; a veces el interventor puede optar por detener el diagnostico a partir del momento en que  considera que la información obtenida y, por tanto, las orientaciones que puede ofrecer son susceptibles de producir cambios en relación a la demanda inicial. Para posteriormente, durante el curso, irá complementado el conocimiento del problema con el seguimiento del caso.
Y grandes rasgos, podemos identificar dos temáticas importantes, estrechamente vinculadas, que son objeto de consulta por parte del maestro: dificultades de aprendizaje y problemas de comportamiento o de relación. En este sentido, en uno y otro caso la intervención va dirigida a la modificación de la situación dentro del contexto de la escuela, fundamentalmente, sin dejar de lado aquellos aspectos familiares o sociales que puedan intervenir.

Conclusión

Para concluir este trabajo, podemos asegurar que como futuros Interventores Educativos, tendremos que saber manejar a la perfección la teoría sobre la realización tanto de diagnósticos psicopedagógicos como socioeducativos, ya que nuestro campo de acción es demasiado amplio, y es imposible conocer las situaciones de trabajo en las que necesitaremos de estas herramientas para realizar una buena intervención, por tal hay que tener conocimientos sobre su aplicación en aquellas ocasiones que lo requieran. Ciertamente, ligando esto a la asesoría y trabajo con grupos, es correcto decir que para ubicar deficiencias o problemas en los colectivos existen diversas técnicas de detección de problemas, tales como las encuestas, los test, la entrevista grupal o individual, pero sin lugar a dudas, nuestra principal arma para el tratamiento de las carencias o situaciones conflictivas será la elaboración del diagnóstico, y el nivel de éxito de la acción interventora dependerá totalmente de la calidad y diseño en que este sea elaborado.
Así, un buen Interventor deberá saber combinar la aplicación de los diagnósticos con los estrategias que este crea convenientes para solucionar las problemáticas detectadas, y estas acciones nunca deberán de salirse del margen curricular que la institución educativa predisponga, obviamente esta condición es aplicable en el ámbito psicopedagógico, ya que en el ramo de lo socioeducativo se manejan otros principios base.
Bibliografía

BASSEDAS, Eulalia, et al. Intervención educativa y diagnostico psicopedagógico. Tr. Cristina Domínguez. Barcelona. Ed. Pardóv. 1991-1989 Pág.49-74





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